Recientemente, accedí a una de las múltiples páginas que existen en Internet de contenido para adultos. ¡Sí, lo confieso, he visto porno! Y he de decir que no me gustó lo que vi. No sé si con la edad, nos hacemos más selectivos, o es porque últimamente he dedicado mi tiempo de lectura a los libros eróticos, y han dejado tan alto el listón, que ahora, este tipo de cine ya no me dice nada.
Lo cierto, es que tras acceder a una de estas páginas de clips porno, estuve ojeando los títulos y tras pasar varias páginas, y no gustarme lo que veía, cerré el navegador y me puse a pensar. Y fruto de esos pensamientos es el artículo que estás leyendo. Evidentemente se trata de una reflexión personal y puede que no estés a favor. Si tienes un punto de vista diferente, te agradecería que dieses tu opinión en los comentarios de al final del artículo.
Contenidos
La fantasía de un libro erótico
Personalmente creo que aunque la narración de la escena sexual nos dé ciertos detalles, es nuestra imaginación la que por ejemplo, pondrá cara o físico a los personajes, o acabará de rellenar los huecos que deja la propia descripción de la escena. Esto nos permite fantasear y que los personajes o la acción sea de nuestro gusto.
Evidentemente, podemos encontrarnos con situaciones en que no nos agraden o sean desagradables, pero por lo general podremos fantasear e imaginarnos la situación, como digo, a nuestro gusto.
La ficción del cine porno
En el otro lado encontramos al cine para adultos, en el que la escena ya está definida y no deja espacio para ningún tipo de imaginación. Por lo general, este tipo de películas son para satisfacer a los hombres y dejan a las mujeres como meros objetos para la satisfacción del hombre.
¿Por qué insisto en el término ficción para el cine porno?
Hace unos años, en programa «Les mil i una nits» que emitían en Catalunya Radio escuché unos comentarios que me gustaron y que pienso que tienen toda la razón. Lamentablemente, no os puedo recomendar el programa porque ya no se emite. Una lástima porque tocaban el tema sexual de manera natural, sana y divertida. Tal como tendría que ser.
A lo que iba. En dicho programa, comentaron en numerosas ocasiones, que las películas o escenas de porno, deberían tener un mensaje o una advertencia que indicase, que dicha secuencia, estaba rodada por actores profesionales y que se trataba de ficción. Lo decían porque sexólogos y profesionales del sector, estaban viendo como muchos jóvenes, replicaban con sus parejas lo que veían en dichos vídeos y lo consideraban como «lo normal».
Porno para mujeres
En alguna ocasión, he visualizado cine erótico, de directoras femeninas. Dichas películas se supone que son cine porno para mujeres, pero tras la visualización, siento decir que no veo la diferencia. O no he llegado a ver el film adecuado, o el contenido es el mismo: posturas imposibles e incómodas para ellas y la escena se acaba cuando se vislumbran los fluidos corporales de él.
De hecho, los comentarios de mi pareja para alguna de estas escenas han sido: ¡a mí esto no me excita!, o ¡seguro que le han hecho daño!. Algo que evidentemente tras ver dicha escena, no le levanta la líbido.
Conclusiones finales
Tal como he indicado al inicio, se trata de una opinión personal, y que puedes estar de acuerdo o no. Supongo que es como todo y que cuando coges un hábito, el cuerpo te pide más, y en el caso de los libros no es una excepción. Me gusta la lectura de libros eróticos, disfruto con ello y cuando termino uno, ya me pica el gusanillo de pillar el siguiente. Por tanto, en la batalla entre un libro erótico versus cine porno, ya sabéis en mi caso quién es el ganador.